¿Como se definiría Gabriel Escámez?

Barcelonés inconsciente que se aproxima a todo lo que le suscita curiosidad sin el miedo propio que le hubiera advertido una buena reflexión previa.

¿Cuál es su vínculo con el Mar Mediterráneo, un espacio siempre presente en todas sus obras?

Es el espacio donde mi niño interno sigue observando, donde se albergan recuerdos que a día de hoy plantean preguntas que quisiera resolver; de aquellas fábulas artesanas de las que desconocía los procesos y a día de hoy sigo investigando alrededor de la cuenca de este mar.

¿Piedra, arcilla, textiles … cuál es su materia fetiche?

Creo en mi caso el fetiche reside más en el proceso que en la propia materia.

De lo sencillo a lo elevado a través del ritual del fuego que une a dos de mis materiales favoritos hasta el momento: el hierro y la cerámica cambiando por completo la concepción del material tras el proceso donde de algo tan volátil como el barro se consigue algo tan delicado como la cerámica, que a través de este fuego en la unión del cobre y el zinc resulte un material tan bello como el latón adaptándose a cualquier forma.

¿Cómo ve el futuro del arte?

Creo que el arte además de tener una implicación política en el desarrollo social debería aterrizar realidades de un modo más orgánicas acercándolas sana y respetuosamente de donde nos han desprovisto, la naturaleza. Esta hipotética y falsa realidad de futuro aséptico, de ciudades futuristas y alejadas del mundo naturalizado que nos humaniza por suerte creo que forma parte ya de otras décadas.

¿Cuál sería su proyecto soñado?

Probablemente se tratará de uno de esos proyectos recónditos en la búsqueda de algo que por el momento no conozco pero que sin duda encontraré. Sólo le espero que se trate de uno de esos proyectos que te llenan de adrenalina y que comparten la vida de un modo poético agradeciendo haber vivido con todos los errores que ellos conlleven.