Todo el mundo tiene sus ojos puestos en Corea. País emergente y referencia para la moda, la gastronomía, la belleza y la cultura en general, son muchos los que ya se han dejado llevar por la Hallyu (ola coreana).
Corea del Sur no es un país muy grande (una quinta parte del tamaño de España) y se recorre fácilmente. Su capital, Seúl es un hervidero de creatividad donde es habitual que tiendas y restaurantes permanezcan abiertos las 24 horas. Todo cambia rápidamente, y ese ritmo frenético es lo que atrae cada día a más viajeros ávidos de novedad.
La cosmética sigue siendo uno de sus mayores reclamos a nivel mundial. La calidad de los productos de belleza sigue siendo superior a la media y sus ventas no paran de aumentar. Las empresas de esta industria generan ingresos que sobrepasan los 1,7 billones de euros. Los productos más solicitados son las bases sin aceite y los labiales hidratantes de larga duración
La comida es uno de los grandes incentivos para conocer Corea, con productos autóctonos que ya forman parte de los menús occidentales, como el ramen, el Bibimbap y el Bulgogi, igual que la típica barbacoa coreana, el Kimchi (col fermentada) o el Danmuji (rábano fermentado).
Frente a la corriente healthy & veggie surge un boom por la pastelería. El número de pastelerías y cafeterías no deja de crecer y existen una gran cantidad de pastelerías y cafeterías preciosas como Viva Salo, All That Sweets, Zapangi y Benny Cake.
Picar algo en los puestos es algo imprescindible en Seúl. Allí hay mucha tradición de comer en la calle. Algunas áreas interesantes son Jongno3-Gu y Myeong-Dong Street. No obstante, los foodies más exigentes no pueden perderse una cita en Mingles, un moderno espacio galardonado con una estrella Michelin donde se puede degustar comida autóctona a un precio bastante razonable
La cultura coreana es un referente actual de vanguardia. Seúl está lleno de museos modernos y gratuitos como el Museo Nacional de Corea o el Museo Folclórico nacional. También son interesante sus bibliotecas, como la Starfield Library o una específicamente dedicada a los vinilos, la Hyundai Card Music Library.
En la capital coreana hay una gran oferta de tiendas vintage interesantes, especialmente en los Flea Markets de la zona de Hongik University. Los imprescindibles Hondae Free Market, Hwanghak-dong Flea Market, Seocho Saturday Flea Market y Kwang Jang Market.
El barrio de moda y que ha experimentado una gran reforma es Ikseon-dong, uno de los pocos en los que todavía se pueden encontrar hanoks, casas tradicionales. En ellas se han instalado mayoritariamente gente joven y creativa que las han transformado en galerías de arte, bares tradicionales, librerías de fotografía o tiendas únicas.
Después de Seúl, la segunda gran ciudad del país es Busan. Sus montañas y playas, la buena comida callejera y el ambiente cosmopolita la convierten en un buen destino turístico tanto para los propios coreanos como para los viajeros. Su principal atractivo es la lonja de pescado de Jagalchi, la playa de Haeundae o su famoso barrio de Gamcheon.
El antídoto para escapar de la trepidante vida de los coreanos de ciudad es una estancia en un templo tradicional. aunque el país está lleno de santuarios, una de las mejores opciones es el Guinsa. Está en el parque nacional de Sobaeksan, dentro del cual está además el monte Sobaeksan, una de las cumbres más altas del país.