Johannes Huebl pertenece a ese reducido y selecto número de personas que consigue captar la atención sobre él por encarnar en su propia piel al perfecto gentlemen del siglo XXI y abanderar la tendencia en sí mismo.
Cuando tenía diecisiete años alguien de la revista GQ en Londres me preguntó si quería participar en un concurso de modelos. Ahí empezó mi historia con el mundo de la moda.
“Hasta ese momento
la moda nunca había estado
cerca ni de mi familia
ni de mis amigos”
No me tomo muy en serio el mundo de las redes sociales. Sin embargo, si entiendo que tengo una audiencia a la que debo respeto y con la que me gusta mantener un contacto directo y ver cuál es el feedback. Pero siempre manteniendo ciertos aspectos de mi vida privada en el ámbito de lo de lo estrictamente privado.
“Es agradable ver que alguien se inspira con aspectos de mi trabajo o con la manera en que vivo mi vida”.
Ahora que vivo tan ocupado, lo cierto es que no dispongo de demasiado tiempo para dedicárselo a actividades que siempre me han gustado mucho como leer o jugar el tenis. Por eso, aprovecho los fines de semana al máximo. Trato de leer al menos un periódico y como mi esposa y yo somos muy activos, solemos realizar alguna salida durante el fin de semana, visitar amigos o ver alguna película. Creo que estas son mis principales aficiones… Siempre al lado de la fotografía.
“Los tres artículos de moda que considero que todo hombre debe tener son un traje azul marino, un par de zapatos clásicos Oxford y unas zapatillas de tenis blancas. Pero también añadiría algunos objetos personales. Mi padre me regaló un reloj cuando me gradué en la universidad y es un objeto muy preciado para mí.”
Gracias a que un amigo me introdujo en el apasionante mundo de la sastrería descubrí que era capaz de superar mi timidez a la hora de vestir más formal, y confiar en los expertos consejos de un sastre capaz de crear un traje personalizado que siempre encaja a la perfección.
