Hoteles
con arte
Cenar bajo la mirada de Bansky, tomar un cóctel frente a un original de Salvador Dalí o compartir habitación con una obra de Picasso ya no es solo posible en museos: cada vez más hoteles integran el arte como parte esencial de su propuesta. Lo que antes era decoración, ahora es narrativa visual, curaduría consciente y una experiencia que enriquece la estancia del huésped.
El arte y la hospitality están cada vez más unidos. Cada vez más hoteles han dejado de ser simples lugares de paso para convertirse en espacios vivos de expresión cultural, donde se exhiben obras dignas de museo y se impulsa el talento emergente.
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Alojarse en ellos no es solo una experiencia estética, sino también sensorial, creativa y transformadora.
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Aunque el arte en hoteles no es algo nuevo, una nueva generación de alojamientos está llevando el concepto más allá: adquiriendo piezas originales instalando obras ambiciosas y apoyando a artistas emergentes y locales, todo ello con el objetivo de enriquecer la experiencia del huésped e introducir el arte a un público más amplio.

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En estos hoteles, el arte deja de ser un accesorio decorativo para convertirse en protagonista.
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Son espacios que estimulan, conmueven y cuentan historias. Para el viajero contemporáneo, hospedarse en ellos no es solo descansar: es vivir una experiencia cultural que comienza desde el momento en que cruza la puerta.
HOTELES CON ARTE 025
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21c Museum Hotels:
habitaciones con discurso
El grupo 21c Museum Hotels ha llevado este concepto a un nuevo nivel. Fundado por los coleccionistas Laura Lee Brown y Steve Wilson, su primer hotel en Louisville (2006) transformó el centro de la ciudad en un polo creativo. Hoy, 21c está presente en nueve ciudades del sur y medio oeste de EE. UU., con más de 3.000 obras de arte contemporáneo.
Cada hotel incorpora instalaciones site-specific, como el tapiz de fibra óptica de Astrid Krogh en Cincinnati o la monumental réplica dorada del David de Miguel Ángel en Louisville. “Los visitantes se sumergen en discursos artísticos que abordan temas como el medioambiente, el género o la raza”, explica Alice Gray Stites, directora del museo y curadora jefe del grupo.
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The Dolder Grand:
arte como inmersión
En Zúrich, The Dolder Grand —propiedad del coleccionista Urs Schwarzenbach— alberga obras de Dalí, Kapoor y Miró. Su restaurante Saltz, diseñado por Rolf Sachs, convierte el arte en una experiencia sensorial. “No es simple decoración, es parte del viaje del huésped”, señala James Hedges, curador en hoteles icónicos como The Beverly Hills Hotel y Hotel Bel-Air.
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Palace Hotel Tokyo:
la sutileza del arte japonés
Con una colección seleccionada por Art Front Gallery, el Palace Hotel Tokyo integra obras de artistas como Huang Yuanqing, Masahito Katayama y Naoto Sunohara. “Muchos huéspedes disfrutan del arte como si visitaran un museo”, comenta Masaru Watanabe, su director general.
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The Fife Arms:
del clasicismo al punk
Ubicado en Escocia, The Fife Arms mezcla sin complejos un boceto de la Reina Victoria, una pieza de Martin Creed y un Picasso colgado sobre una pared de tartán. Una curaduría que dialoga entre tradición y vanguardia con espíritu provocador.
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The Lanesborough:
arte entre molduras georgianas
En Londres, The Lanesborough alberga una colección de arte regencia que rivaliza con la National Gallery. Su restaurante combina este legado con piezas de artistas británicos contemporáneos. “Nuestro entorno georgiano ofrece un contrapunto cálido y sofisticado al cubo blanco de una galería”, afirma Stuart Geddes, director del hotel.
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BnA Hotels:
dormir dentro de una obra
En Tokio y Kioto, la red BnA Hotels (Bed and Art) ofrece una experiencia inmersiva radical: cada habitación es concebida y ejecutada por un artista local. Murales psicodélicos, instalaciones suspendidas y narrativas visuales convierten cada noche en una vivencia estética. “Creamos un ecosistema donde artista y huésped se retroalimentan”, explica Keigo Fukugaki, cofundador del proyecto.
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La Colombe d’Or:
refugio de artistas
En Saint-Paul de Vence, La Colombe d’Or es un hotel-restaurant que se convirtió en refugio de artistas del siglo XX. Fundado en 1920 por Paul Roux, reunió a figuras como Picasso, Matisse o Chagall, quienes a menudo pagaban su estancia con obras. Hoy, sus muros, terrazas y habitaciones exhiben este legado único, fusionando hospitalidad y arte en un ambiente cultural inédito.
Plataformas
para el arte emergente
Otros hoteles actúan como verdaderas incubadoras de talento. art’otel, en Roma y Londres, acoge obras de artistas como Pietro Ruffo y Banksy, mientras que The Hoxton impulsa la creación joven a través de su Hox Gallery y programas como Artist Open Call. “El arte contemporáneo permite contar la historia única de cada lugar”, apunta Katherine Gass Stowe, curadora de The Beekman (Nueva York).













