Situado en una calle empedrada en el corazón del barrio de SoHo, rodeado de tiendas, restaurantes y cafés de los más exclusivos de la ciudad. En sus 11 plantas se reparten 86 habitaciones, varios salones de reuniones, un gimnasio e incluso una sala de proyección. Cada habitación ha sido diseñada individualmente y hasta el último detalle por el propietario Kit Kemp, con un estilo fresco y contemporáneo. Las estancias de los últimos pisos tienen unas vistas espectaculares de todo Manhattan. En el centro del hotel se encuentra un patio interior arbolado, el espacio perfecto para relajarse y disfrutar del silencio, algo poco común en un ciudad tan ajetreada como Nueva York.