En Nueva York hay una infinidad de posibilidades para comer pizza, pero ninguna como Roberta’s. A diferencia de muchas otras pizzerías, Roberta’s ofrece también una gran variedad de antipasti y platos principales dignos de un restaurante italiano de máxima calidad. Sus pizzas, cocidas en el horno de leña situado en una esquina del comedor, van desde las más clásicas como la margherita a otras de sabores más atrevidos. La combinación de sillas de diferentes modelos y las mesas de picnic pueden dar una primera impresión de decoración descuidada pero, si se observa a fondo, es fácil darse cuenta que todo está pensado hasta el último detalle.