Un antiguo búnker de telecomunicaciones convertido en una galería de arte. El resultado es un espacio singular que ofrece una de las experiencias artísticas más completas e enriquecedoras de la ciudad. Para que los visitantes puedan disfrutar de la exposición con los 5 sentidos al máximo deben dejar su móvil en el casillero de la entrada. A partir de allí comienza un recorrido por los pasillos y salas del búnker, ambientado con intervalos de silencio y música minimalista, en el que antiguas esculturas y muebles asiáticos se mezclan con arte moderno y fotografía de la manera más elegante posible.