The place
El escenario elegido por Massimo Dutti para el desfile de presentación de sus colecciones Limited Edition Women & Men en Shanghai fue el edificio 1933 Shanghai (上海1933老场坊), muestra de arquitectura art déco y actualmente uno de los centros neurálgicos para las empresas de diseño y de la industria creativa. En 2008 concluyó la renovación de sus 30.000 metros cuadrados y ahora luce en todo su esplendor.
Massimo Dutti sorprendió con un montaje único y pionero que representa un paso más en la trayectoria emprendida por la marca y que incluye la organización de fashion shows marcados por la creatividad y la alta tecnología. En esta ocasión, la gran sala interior del edificio se convirtió por unas horas en un microcosmos ilustrativo de este nuevo capítulo que vive la firma. Diseñado por arquitectos británicos y construido con cemento importado del Reino Unido en 1933, fecha de la que ha tomado su nombre, el interior de este emblemático edificio recuerda el decorado una película de ciencia ficción. Un impresionante laberinto de escaleras en espiral, rampas enclavadas, que conectan la estructura circular del centro con las paredes exteriores, y atrios de hormigón otorgan al conjunto el aspecto de un gigantesco laberinto en cuatro alturas y hacen que explorar el edificio se convierta en una aventura fascinante.
Y en un escenario tan particular, Massimo Dutti construyó todo el proyecto creativo sobre la base de un art concept rigurosamente definido que representaba la concepción del espacio físico como una gran caja de música para albergar las siluetas gráficas de unos modelos encargados de transmitir ese anhelo vanguardista que impulsa la marca, y dinamizado mediante la fusión de diversas composiciones musicales tanto en versión electrónica como sinfónica.
Una sólida narración estética desarrollado sobre tres planos de representación visual formados por una pasarela, una gran pantalla audiovisual y una pantalla holográfica interactiva; y un único discurso creativo: aquel que sustenta principios como calidad, coherencia y rigor; todos ellos inherentes al ADN de la firma.