Durante la Segunda Guerra Mundial, el local en el cual se encuentra este restaurante fue tapiado para protegerlo. Más de 70 años después, el estudio de arquitectura Humbert & Poyet lo descubrió en estado de ruina y decidió restaurarlo. Actualmente, los paneles ornamentados de la pared junto a los sillones de terciopelo y las mesas con bordes de latón crean un espacio excéntrico de lo más singular. El nombre del restaurante, Beefbar, viene dado por su carta, que está formada en su totalidad por platos de carne. Partiendo de las mejores variedades de carne del mundo, la carta ofrece desde un típico bistec a la parrilla hasta teppanyaki de Kobe, tacos o chimichurri argentino.