Los Jardines de Frederiksberg, son uno de los parques más grandes de la ciudad, con canales, islas, templos, puentes y hasta un pabellón chino en torno a la residencia de verano de la familia real. Es una visita imprescindible para aquellos que viajen a Copenhague con niños ya que es un entorno fantástico para pasear, alimentar a los patos y montarse en un bote de remos. Desde algunas zonas del parque incluso puede verse el zoo y algunos de sus habitantes. Además en invierno su enorme pista de patinaje sobre hielo es uno de los atractivos de la ciudad.