Este restaurante abrió sus puertas en 1968 y hoy, tras 5 décadas, sigue estando dirigido por la misma familia, en concreto por las hijas del fundador. La Tavernaccia da Bruno es el lugar perfecto para aquellos que busquen degustar la verdadera comida casera de la zona. En un comedor acogedor y rústico, se sirven los mejores platos de la cocina tradicional romana y de la región del Lacio. Todas las recetas están elaboradas con los ingredientes más frescos, es por esto que la carta se modifica según la estacionalidad de los productos.