¿En qué se inspira cuando crea?

Soy generalista y me interesa casi todo. Cuando trabajo suele ser en tres estados (visualmente parecería una pirámide invertida). El primer estado es una recopilación muy amplia de datos de todos los temas que me interesan. El segundo estado es un estado en el que empiezo a tener imágenes en mi cabeza y una noción borrosa de lo que trata esta historia. Cuando hablo de historia no me refiero a una historia convencional. Un lienzo es bidimensional y no se mueve, una escultura es tridimensional y no se mueve. El visitante se mueve mirando o caminando alrededor de la obra. Por eso, aunque diga que la obra es una historia, tú, como espectador, le das tiempo, tu tiempo. Por eso, una obra es siempre una colaboración entre el artista y el visitante. Creamos juntos la narración. Y para poder concentrar mis pensamientos e inspiraciones tengo que pasar por la tercera etapa. Esta consiste en unir mis pensamientos en un material sólido, congelar el tiempo. Esta es la parte más difícil del proceso y una auténtica montaña rusa, tanto emocional como físicamente. Cuando todo está hecho y la obra está terminada es como si la hubiera hecho otra persona. Es en ese momento cuando tengo que dedicarle tiempo y, por tanto, darle una narrativa. Pero este es sólo mi tiempo, el del espectador es diferente. Él siempre verá algo distinto en mi obra y eso es lo bonito de ser artista: dar una experiencia única a otra persona.

¿Qué significado tiene la Navidad para ti?

Para mí todo gira en torno a la familia y ¡la comida! De hecho, me formé como chef en una escuela de cocina, así que esos días se convierten en una verdadera oportunidad para cocinar y disfrutar de largas veladas con mi querida familia. No hay nada que me dé más placer que preparar la cena para mis amigos y mi familia. Cocinar es un acto de cariño y cuando la comida se come, mi amor se digiere y da energía a los que quiero. ¡Es hermoso!