El escenario elegido fue el edificio Palais de Tokyo, muestra de arquitectura neoclásica y actualmente uno de los centros uno de los centros de creación y arte contemporáneo más grandes de Europa.

La organización de este evento representa un paso más en la trayectoria emprendida por la marca que incluye la organización de fashion shows, siempre marcados por la creatividad y la alta tecnología.

Todo el proyecto se construyó sobre la base de un art concept rigurosamente definido que representaba la concepción del espacio físico como un gran paraje inhóspito y remoto cargado de simbolismo.

Puesta en escena a partir de un riguroso estudio del espacio y donde la simetría jugó un papel clave. El resultado: arquitectura y naturaleza unidas a través de materias como la piedra, la madera o la arena.

El resultado fue la exposición de una sólida narración estética desarrollada sobre dos planos de representación visual: una pasarela y una gran pantalla audiovisual, todo delicadamente acompasado por una sucesión polifónica de voces con narraciones inéditas.